Desde esta forma de trabajar destaco la importancia de la autorrealización del ser humano. Entendiendo que a mayor auto soporte mayor flexibilidad con las circunstancias y personas.
Se busca la espontaneidad y lo genuino del ser trabajando desde lo que siento en cada momento aquí y ahora. El acompañamiento psicológico de esta forma, lleva a despertar y hacer renacer la fuerza de la vida en el organismo desvitalizado. Sin vitalidad no hay salud.
Descubrir mis pérdidas de movimiento, salud, seguridad, contacto físico, …y atender mis necesidades con el objeto de estar conectados con nosotros mismos. No hay otra manera. De lo contrario aparece el bloqueo, evitaciones, mentiras, dependencias, apegos inseguros, miedos, tensiones musculares y personajes que nos esclavizan a lo largo de los años.
Aprender a darnos cuenta de los nudos del carácter y abrirnos al despertar sensorial y salir de la ceguera. Esto lleva al sentimiento de capacidad, empoderamiento, fuerza y plenitud.
Despertando nuestro cuerpo y células para ver que necesita, dejando a nuestro juez interno que nos exige demasiado. Si me voy al pensamiento desconecto de mi cuerpo, de lo que siento, necesito y dejo de atenderme. Suelta tus amarras, el dolor puede bloquearte y averigua que te sienta bien. Confiar, atreverme, experimentar, soñar, viajar, sentir, nutrirme y jugar a sentirme niño que conecta con su creatividad. Cuando mis tripas se relajan, confío y ahí fluyo.
Permitirme salir de la estética e imagen que me encorseta y expresar mis emociones para no quedarme enganchado y que fluya mi energía.