Mi primer contacto con el mundo laboral llegó de la mano de la intervención social con colectivos de zonas desfavorecidas y de especial dificultad. Más tarde amplié mis conocimientos de la intervención desde una perspectiva más clínica y educativa, formándome en el campo de los procesos de aprendizaje y del lenguaje en las diferentes etapas de la vida.
Tras un tiempo de introspección y tras momentos y situaciones de oscurecimiento y tristeza en mi vida llegó a mí la Terapia Gestalt. Me abrió una nueva ilusión y esperanza de enriquecerme y aportar a los demás desde una psicología más humana y respetuosa que me ha devuelto mi ilusión y esperanza en la ayuda de personas como vocación mía abnegada.
El camino empezó tras conocer un compañero de profesión que me invito a probar y experimentar otra forma de trabajo mas vivencial. Primero vino mi propia sanación y viaje personal que ha supuesto un despertar y autoconocimiento en mi vida actual. Un proceso de transformación personal en el que aún continuo hoy día.
Encuentros de fin de semana, desplazamientos, retiros vivenciales, talleres, terapia individual, supervisión, etc. Estando muy agradecida a todas las personas que me han acompañado y siguen guiando mi camino.
Hasta que llegó el cambio, primero fue interior y desde ahí ha florecido la fuerza, evolución, confianza y gratitud a todo lo que me trae la vida y que estoy disfrutando mucho. Por lo que lo recomiendo a cualquier persona por el beneficio que te aporta. Agradeciendo que, tras salir de mi cueva, superar mis miedos, sanar mis heridas a día de hoy puedo aportar mi presencia y experiencia en acompañar a otras personas en una relación terapéutica como psicóloga desde una orientación o metodología gestáltica.
Cuando me observo me doy cuenta que he conseguido recuperar mi yo esencial y vivir de una forma mas creativa, libre, consciente y satisfactoria. He tomado conciencia que el proceso de crecimiento no es estático ni el mismo para todos. Siendo crucial la figura de mis terapeutas en el sostén de todo lo doloroso que pueda moverse, así como en las aportaciones de luz y confianza para seguir en mi caminar.
Mi propio sentir corporal y emocional ha sido mi brújula, marcándome el ritmo adecuado sin exigirme demasiado, saliendo poco a poco de mis sombras y ganando en la claridad de que poner o quitar. Tengo el regalo de ser madre de un hijo al que me siento muy unida y satisfecha. Mi crecimiento, presencia y escucha incondicional me han hecho acompañarlo y entenderlo desde un lugar mas humano, de entrega y respeto hacia su ser.
Continúo nutriéndome, trabajándome y transformándome para poder acompañarte
en tu camino, dándote sostén y herramientas para tu propio auto apoyo, teniendo la madurez y experiencia de haber transitado y sanado lo que puedas estar viviendo.